Hoy después de algún tiempo, sin pasar por estas páginas y coincidiendo con la fiesta de mi pueblo, recupero un cuento de hace unos años para explicar al mundillo infantil el sentido de La Romería del Rocío.
Dejo aquí un fragmento del primer capítulo.
LA MAGIA DE LA R. Isabel Romero Mellado.
L A S E Ñ O R A
— No puedo contestar a tantas preguntas a la vez, ¿por dónde quieres que empiece?.
— ¡Por la luminosidad!
— ¡Ah, bueno! Es el aura, todo el mundo tiene el suyo, es la luz que despiden los cuerpos.
Tú eres un niño privilegiado pues sólo los limpios de corazón tienen el don de verlo; te diré algo que debes recordar siempre, si aprendes a ver el aura de cada persona sabrás a quién tienes frente a ti, a través del aura podrás leer su pensamiento y no podrán engañarte, tienes que huir de los que tengan el aura oscura o gris.
En cuanto a la corona, hace muchos años…— hizo un esfuerzo para recordar — al principio del siglo pasado algunos de mis hijos decidieron regalármela, y con ese motivo hicieron una gran fiesta para celebrarlo.
—Pero, las coronas las llevan los reyes. ¿Tú eres reina?
La señora sonrió.
Bueno, soy reina de las Marismas
de la Rocina.
El niño no salía de su asombro.
— Estás frío, ahora te sentirás mejor.
— Entonces, ¿tengo que llamarte Majestad?
Riendo a carcajadas le dijo
— No, no, me llaman de muchas maneras, pero puedo asegurarte que
Majestad, no me ha llamado nadie.
— Pero, si eres reina, cómo tengo
que llamarte.
— Tengo que decirte y no lo olvides
nunca, que son mis hijos que me
quieren mucho, los que dicen a
todos que soy la Reina
de las Marismas; pero aunque mi nombre
es Rocío, lo que me gusta, es que me
llamen Madre.